NATURALEZA HUMANA – Cristian Stehmann


El contexto de la apicultura



Cristian Stehman integra el proyecto Bio-chacra produciendo de forma agroecológica para auto-abastecimiento. Enseñan, capacitan y realizan actividades como pequeño apicultores. Participan de la feria del Productor al Consumidor de la Feria e la Facultad de Agronomía de la Ciudad de Buenos Aires. – www.facebook.com/biochakra


El tema de la agroindustria tecnológica que se utiliza actualmente tiene 3 facetas que afectan gravemente a la apicultura. Por un lado las grandes extensiones de monocultivos que no producen los alimentos que necesitan las abejas. Las abejas, igual que nosotros, necesitan diversidad en la alimentación para obtener todos los nutrientes (proteínas, vitaminas, hidratos de carbono) que necesitamos para nuestra vida. Lo mismo sucede con las abejas, viven en la Tierra hace mucho más millones de años que los seres humanos, pero en los últimos 50 años se produjeron cambios tan grandes en sus ecosistemas, que están gravemente en crisis. Grandes superficies, miles de hectáreas de soja por ejemplo, que no necesitan de las abejas porque se auto-polinizan, entonces como no necesita a las abejas, tampoco produce para las abejas. Como se sabe, hay una estrategia común entre las plantas y los insectos que las polinizan, cuando no necesitan insectos para polinizarse, no tienen ni néctar ni polen que es lo que necesitan las abejas. Entonces, miles de hectáreas de soja significa que si yo tengo colmenas ahí, se van a morir de hambre. A esto hay que agregarle que si combato con herbicidas todos los demás cultivos les saco todas las alternativas que pueden tener.

Por otro lado, en los otros cultivos que eventualmente sí pueden ser beneficiosos para las abejas se usan los herbicidas modernos que son neurotóxicos para los insectos, y de esta forma las estoy matando. Muchas veces se dice que se aplican en los momento que las abejas no van a buscar el néctar, o se avisa al apicultor y ese día las encierra y al día siguiente por ahí las suelta. Pero, ¿qué pasa? hay muchas de estas toxinas que las plantas las exudan a través de las hojas. Como las plantas van transpirando todo el tiempo y es un mecanismo que tienen también para hacer circular la sabia, entonces cuando exudan también exudan los venenos. En verano cuando hace calor, a la noche se condensan pequeñas cantidades de agua sobre las hojas y a la mañana temprano cuando las abejas salen a tomar agua de esas hojas, se intoxican con los venenos y mueren. Este es un problema que las grandes productoras de agroquímicos no quieren reconocer y dicen que es insignificante, pero de hecho lo que está pasando es que en muchos lugares las abejas están amenazadas por estas tecnologías.

Y hay un tercer factor, que es el manejo que hacen muchos apicultores de las colmenas, que las tratan igual que a las vacas, a los pollos, como una mercancía, como un intermediario necesario para producir lo que a ellos les interesa. Las sometemos a condiciones de stress muy grande, y si sumamos las condiciones de stress de las colmenas que ya vienen con este manejo hace más de 150 años, si a eso le sumamos el cambio de las condiciones ambientales, los monocultivos y los pesticidas, las estamos arrinconando a un punto tal que van a desaparecer, y junto con ellas, el 70% de los alimentos que dependen de la polinización.