NATURALEZA HUMANA – Lucio Cuenca


El contexto de la mega-minería en la región



Lucio Cuenca es integrante del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, una organización de Chile que trabaja en el campo socio-ambiental y que está abocada a apoyar a comunidades en resistencia, comunidades en conflicto, que tienen como eje central la defensa del agua y su entorno. – www.olca.cl


Para comenzar a comprender el contexto de la Mega-minería como actividad extractiva, hay que cuestionar los paradigmas instalados, y uno de ellos es por ejemplo el de Chile como país minero. Ahí el trabajo no era solo enfrentar concretamente la expansión a nivel local, territorial, sino que también ha sido una lucha política, social, comunicacional, para poder revertir está lógica del paradigma que nos resuelve todos los problemas y el bienestar del futuro, asociada al desarrollo.
Creo que de alguna manera hemos ido logrando, con el esfuerzo de mucha gente, sobre todo de la gente de los territorios, que al principio se oponían tímidamente a estos proyectos y que ya luego han ido a cuestionar masivamente el modelo minero transnacional y su expansión.
La intensidad y el crecimiento de la extracción minera en los últimos 25 años ha sido un proceso inédito, nunca se había dado en nuestro país, ni en ningún país del mundo, el crecimiento de la actividad extractiva minera. Que va acompañada con un crecimiento también territorial dentro de nuestro país, pero también en Latinoamérica.
Países que nunca fueron concebidos como países mineros, pasan a engrosar este grupo de países donde la actividad extractiva minera comienza a transformar con una presión fuerte a los territorios. El casode Ecuador, el caso mismo de Argentina, de no tener grandes explotaciones mineras, hoy en día pasa a ser privilegiado por el destino de las inversiones transnacionales.
Lo que nos pasa a nosotros en Chile, empieza a pasar en Latinoamérica, en Centroamérica, en países que nunca tuvieron proyectos mineros y que hoy se ven amenazados por este tipo proyectos extractivos a gran escala.
En el caso nuestro, ha habido un cuestionamiento profundo desde la población hacia el modelo minero, porque también esto a llevado al agotamiento de los territorios. Por ejemplo, se ha puesto en descubierto que la megaminería depende directamente de la energía y del agua. Como en los territorios se vive esta disputa por el agua, se ha ampliado la resistencia al modelo energético minero, a partir de que han surgido muchos territorios afectados también por las centrales eléctricas, las centrales de generación de energía, que de alguna manera se han transformado en territorios aliados para enfrentar esta expansión.

De esta manera ha sido posible ir avanzando y echando abajo mega-proyectos de miles de millones de dólares, que si bien siguen apareciendo y siguen intentando, se han logrado articular las convicciones, las fuerzas de la gente, la movilización, las acciones de denuncia legales administrativas internacionales, etc. que ha permitido hacer que algunos proyectos sean inviables o directamente la gente no los permita en los territorios.
De esa manera hemos ganado espacios para enfrentar este paradigma de la mega-minería asociada al bienestar y al desarrollo de nuestros países, que es una gran mentira, porque no otorga beneficios importantes a nivel tributario, no otorga grandes cantidades de empleo para resolver los problemas sociales que nuestros países tienen, pero además nos está generando un daño muy importante en nuestros territorios, porque sobretodo se está afectando las fuentes de agua y la contaminación del agua. La mega-minería usa mucha cantidad de agua que es imposible de rescatar, no se puede tratar y volverla a condiciones que se pueda usar en la agricultura o en el consumo humano.
En Chile por ejemplo tenemos una legislación que hace que el agua sea privada, pero no hay una prioridad de uso. No está garantizado el derecho humano al agua. Se ha dado en el último tiempo donde hay sequía, que las mineras siguen en el proceso de extracción donde usan mucha agua y un poco más abajo hay comunidades agrícolas que se han quedado sin agua y la gente han tenido que cortar sus árboles frutales, han tenido que deshacerse de su ganado porque no han tenido agua para poder sostenerlos. Y no hay ninguna legislación, ni tampoco voluntad política que diga que no se puede seguir operando la planta mientras no se resuelva el tema del agua. O sea que están protegidas las inversiones mineras en ese sentido, porque en Chile heredamos una Constitución donde la propiedad privada es lo más sagrado que se protege, y las empresas se amparan en eso. Y también estan reforzados en los nuevos instrumentos de protección que son los que salen de estos organismos internacionales como la OMC (Organización Mundial del Comercio) que llevan a que nuestros países cedan soberanía en función de mecanismos, de tratados de libre comercio, de protección de inversiones, y que cada día nos van cercenando nuestra capacidad de tomar decisiones en nuestros territorios. Este es un poco el contexto de lo que está pasando con la mega-minería en Latinoamérica y lo que está pasando particularmente en Chile. Hay avasallamientos, pero también hay resistencias.