NATURALEZA HUMANA – María Argeri


Fracturas hidráulicas y fracturas del devenir



María Argeri es profesora de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro. Doctora en Filosofía y Letras e Historia. Hace más de 20 años que participa en diferentes asambleas por el cuidado del medio ambiente.


Llegamos a una técnica como la fracturación hidráulica, y no fue de un día para el otro, sino que esto nace muy fuertemente en la crisis petroleras de los años 70. Y bueno, muestra claramente cuestiones que son mucho más profundas y van más allá de la tecnología. Para llegar a generar una tecnología como la fractura hidráulica, que es la fragmentación del subsuelo, la utilización por cada pozo, alrededor de 30 millones de litros de agua pura, compitiendo con el agua que necesitan las poblaciones, y dentro de estos 30 millones, un millón de litros de ácido para fragmentar y para poder extraer estas bolsas de petróleo y liberar el gas y demás. Lo importante es que veamos por qué sucede esto, por qué la fractura hidráulica está sometiendo al suelo a una conmoción y generando espacios que posiblemente después van a ser sacudidos por terremotos, y van a contaminar acuíferos. Qué pasa en la humanidad para que se recurra a este tipo de fractura. Hay otra clase de fracturas, que quizás la más importante sea la separación de los humanos y la naturaleza. Ahí hay una fractura profunda, los humanos nos consideramos algo aparte a la naturaleza la objetivamos, la sacamos de nosotros y la colocamos afuera. Todo el mundo habla “hay que ir a pasar un día en la naturaleza” y eso significa ir a un bosque o de la ciudad hacia el mar. No nos consideramos nosotros naturaleza, sino que esa naturaleza objetivada, es algo que puede estar y puede no estar, y que está para nuestro uso, abuso, destrucción o lo que sea. Hay más fracturas. Hay otra fractura que se relaciona con la ética, la ciencia de las últimas décadas quiebra la relación de la ciencia con la ética, y ahí se pierde la idea del bien común. Si existiera la idea del bien común dentro de los técnicos y los científicos, no se destruirían los acuíferos y no se contaminaría el agua, y estaríamos en otra clase de sociedad. Hoy cualquier cosa que emerja como nueva tecnología o innovación, si da ganancia está correcta, si no da ganancia, se desecha. No existe el bien común. Nadie se interroga acerca de estas consecuencias. Hay otra fractura también muy profunda, yo creo que con estas tres podemos pintar un poco el mundo, y los efectos de la colonialidad, pero también los efectos de la destrucción humana. Y es la fractura de un principio de realidad.

Nosotros suponemos que podemos vivir en una realidad virtual, que si contaminamos el agua, contaminamos el aire, conseguimos alimentos, entre comillas, envenenadados, vamos a poder sobrevivir. Y si algo nos pasa y nos enferma, tenemos la utopía loca de creer exageradamente en la tecnología. La tecnología nos va a ser transhumanos, nos va a ser inmortales, nos va a ser post-humanos. Yo creo que estas tres fracturas, la fractura de la relación de los seres humanos con la naturaleza, la fractura de la ética en relación con la ciencia y la tecnología, que sólo mira la ganancia, y la fractura de la realidad, es lo que permite en última instancia, la destrucción planetaria. Pero el planeta seguirá sin nosotros. Todo lo demás es discutible, pero hay cuestiones que son profundas y son ontológicas y debemos considerarlas.