NATURALEZA HUMANA – Mariela Leiva


Las escuelas fumigadas y las generaciones futuras



Mariela Leiva es docente y ex-directora de la escuela 44, República Argentina, del departamento de Uruguay, de la Provincia de Entre Ríos. – www.escuelasfumigadas.blogspot.com


La escuela 44 es una escuela como la mayoría de las escuelas rurales de la provincia, inserta en campos de producción donde este modelo nos contamina y nos está envenenando y matando. Por allá, por un 4 de diciembre de 2014, cuando una avioneta empezó a fumigar un campo aledaño a la escuela, era pasada la una de la tarde, hacía mucho calor, mucha humedad, y estaba comenzando las actividades con mis alumnos, cuando empezamos a sentir un olor muy fuerte dentro del aula. Yo me asomo ante el llamado de los chicos que andaba una avioneta volando muy bajo, y efectivamente estaba haciendo una pulverización, vaya a saber con qué veneno, pero el olor era muy fuerte. Yo cierro puertas y ventanas, cierro persianas para proteger a mis alumnos de estas buenas prácticas agrícolas, que es como de los estamentos del gobierno nos quieren hacer creer. Salgo afuera, efectivamente observo el avión que estaba haciendo la aplicación y que cuando daba vuelta pasaba por sobre la escuela. Llamo a mis superiores inmediatamente, entro al aula nuevamente y ya había una nena vomitando, niños con dolores de cabeza, dolores de panza; llamo a la policía, vienen desde la policía, vienen desde el hospital público a atender los niños a la escuela, y a todo esto el avión seguía fumigando…

No tengo palabras para transmitirles la impotencia, la impotencia… y el sentimiento que yo tenía en ese momento. Se me cruzaba por la cabeza cómo proteger a mis alumnos. ¿Por qué cómo protegerlos? Porque si bien en ese momento se dio en esa escuela esa situación, esa fumigación, en donde yo veía que ellos estaban intoxicados, esto pasa a diario, y no solamente en las escuelas, sino en sus casas. Porque son todas las comunidades rurales, los caseríos, que están afectados por este modelo de producción. La soledad del docente rural, la ausencia del Estado, la poca responsabilidad que existe en asistir en los derechos básicos a esos niños, ¡tanto que hablamos de los Derechos del Niño!, estos niños no tienen derecho a la educación en un ambiente sano; no tienen derecho a la salubridad ni a la seguridad, ejerciendo ese derecho a la educación. Es un Estado ausente, es un Estado que, por no decir una mala palabra, es un Estado que no considera absolutamente nada de responsabilidad frente a estos niños. Estamos a la deriva por más dinero, por las ganancias económicas. Y esta gente está afectada directamente porque vive en zonas de fumigación, pero nosotros que estamos en la ciudad nos estamos envenenando por los alimentos que estamos consumiendo. Les dejo este mensaje de una docente rural, como lo que me considero, y hago un llamado urgente a la reflexión de todos y cada uno de ustedes, en defensa de las generaciones futuras.