NATURALEZA HUMANA – Pablo Fajardo


Desastres ambientales en el sur de América, el caso de Ecuador



Pablo Fajardo es abogado de la Unión de Afectados por Texaco en Ecuador, colectivo social sin fines de lucro que reúne a seis pueblos indígenas de la zona y miles de campesinos afectados por Chevron. – www.texacotoxico.net


Chevron, antes Texaco, realizó una operación sistemática y de forma intencional, causó uno de los peores desastres ambientales de la humanidad, en nuestra Amazonía al norte de Ecuador. En cifras, por ejemplo, vertió más de 60 mil millones de litros de agua tóxica en los ríos de la Amazonia Ecuatoriana; construyó más de mil piletas donde arrojaba todos los tóxicos posibles; más de 1.500 kilómetros de carretera o caminos de la zona a la Amazonía, los cubría con petróleo crudo, cada dos o tres meses mandaba un camión lleno de petróleo a vertirlo ahí intencionalmente; todo supuestamente para incrementar su ganancia disminuyendo la inversión. Ese daño estrictamente ambiental generó la extinción de dos pueblos indígenas, dos culturas indígenas se extinguieron por completo. En la zona de la instalación de la actividad petrolera de Texaco, hoy 50 años después, aún tenemos la tasa de cáncer más alta de América Latina, se registra en esta zona. Es un daño social, cultural, ecológico, integral, que se causó en nuestra Amazonía y cuyo daño aún está presente y vigente hasta el día de hoy. Por este motivo, nosotros como pueblos afectados, hemos luchado 25 años en la Corte de Justicia de Ecuador, de Canadá, Estados Unidos, Brasil, Argentina, cortes internacionales, y hasta este día no encontramos acceso a la justicia. No encontramos porque precisamente no hay justicia, no existe la justicia cuando el criminal es una corporación y las víctimas son los pueblos indígenas o campesinos. Por eso, estamos en proceso de articulación global, creemos que las fuerzas nuestras no son suficientes. Hoy la gente dijo “ya no quiero ser víctima, soy luchador por la vida y por la dignidad, pero queremos unir nuestra lucha con otros pueblos también víctimas de crímenes corporativos, y creemos que la única forma de derrotar este crimen corporativo es con la unidad de los pueblos, las luchas colectivas entre todos y entre todas, y que juntos realmente vayamos construyendo procesos distintos y rompiendo los esquemas de injusticia que protegen a las corporaciones y que dejan en indefensión a los pueblos. Hoy hay una sentencia judicial firme en contra de Chevron en la Corte de Ecuador. Hace 25 años la gente pensaba que era imposible, ¡imposible!, que lográsemos hacer condenar a Chevron, decían que éramos locos. Bueno, 30 mil indígenas y campesinos de pueblos indígenas diferentes nos unimos, hemos luchado y hay una sentencia, una condena en firme. Demostramos que sí es posible. Pero no es suficiente, tenemos que ir más allá, romper los esquemas internacionales y lograr que Chevron pague para reparar el crimen causado en nuestra Amazonía.