NATURALEZA HUMANA – Patricia Aguirre


La deslocalización y la mercantilización alimentaria



Patricia Aguirre es antropóloga, especialista en alimentación. Su último libro es Una historia social de la comida. Investiga sobre la forma de producir nuestros alimentos y la forma de vivir. Analiza la organización social y política desde los primeros tiempos, investigandocómo la alimentación forma sociabilidad, forma cuerpo, forma instituciones sociales, forma economía, y la manera de enfermar y morir.


La gran deslocalización de los alimentos comienza con la invasión de América por los europeos, en realidad por la colonización y la conquista del resto del planeta por los europeos. Lo mismo en África, e hicieron lo mismo en Asia. Y ahí comienza el gran transporte de especies, siempre con el mismo criterio de la Europa hambrienta hambrea al resto del planeta, del cual se extraen materias primas y alimentos de América, de África, del sudeste Asiático, de Oceanía, para alimentar a la población y a las incipientes industrias europeas. Desde aquellos momentos en que se divide el mundo en productores de materias primas y procesadores de materia prima, los alimentos se podrían llamar kilométricos. Entonces ahí se rompe la localización de los alimentos, y al romper la localidad también se rompe la estacionalidad. Hasta ese momento la gente comía los alimentos que se podían producir en su entorno. Es ahí donde los economistas liberales de aquella época decían “Bueno, las ventajas comparativas, las ventajas ecológicas comparativas, se transforman en ventajas competitivas, ventajas económicas”. Los economistas de aquel momento, estaban pensando en una alimentación localizada, entonces decían “cuanto más recursos naturales, cuanto más alimento produzca un país, mejor puede sostener su industria, puede alimentar a su población y eso le da ventajas económicas”.


Después de la conquista de América, después de la colonización mundial europea, la disputa es quién tiene más colonias, quién puede extraer más de diferentes lugares, quien puede traer alimentos desde el otro hemisferio, en contra-estación. En aquel momento con los pocos procesamientos de conservación, estaba más limitado el tráfico de alimentos. ¿Qué se llevaban? O ganado en pie o se llevaba cereales que se
podían conservar con relativa facilidad. Después de 1812 cuando comienzan los grandes procesos de conservación industrializados, los antecesores de la lata, y después el vapor frigorífico en 1880, la dieta europea y de todo el mundo se deslocaliza, porque en eso tiene más peso la capacidad de compra que el hinterland, normalmente los alimentos locales son más baratos porque no pagan el flete, pero ya no es así por la cantidad de alimentos que pueden venir conservados de otro país. El caso típico es el azúcar. El azúcar se produce en toda la franja tropical pero se consume en todo el mundo. Entonces en Europa el azúcar era más barata que en Cuba. Y bueno, con la revolución del azúcar todos los alimentos tienen azúcar. El azúcar termina siendo un alimento muy barato en los siglos XIX y XX, y la industria lo usa para todo. Y además a los humanos nos encanta el sabor dulce porque es lo que no había cuando se formó nuestra anatomía, entonces tendemos ahí y no tenemos mecanismo fisiológicos para parar. Así que vamos a aceptar un sabor dulce siempre. Pero es una cuestión evolutiva. Ya en nuestro lejano pasado las paleoespecies que nos antecedieron sabían muy bien que el marcador dulce es un marcador de energía barata sin riesgo. Porque los venenos son amargos o insípidos, no hay venenos naturales dulces. Tenemos esa tendencia desde hace muchísimos años.

Pero, retomando tu pregunta de los alimentos kilométricos, desde ese momento los alimentos son kilométricos. El arroz es un alimento kilométrico, pero andá a decirle eso a los chinos. El maíz se transforma en un alimento kilométrico, pero andá a decirle eso a los mesoamericanos. Si las industrias agroalimentarias tuvieran que pagar el costo, los costos ambientales, sociales, epidemiológicos que producen, los alimentos no serían tan baratos, no podrían entrar en el juego de las mercancías en el lugar que tienen. Lo que pasa es que para la industria agroalimentaria es muy conveniente, ellos toman las ganancias y transfieren al Estado, por lo tanto a la población, los costos que producen. Los costos ambientales de la polución de las lagunas costeras y de la eliminación de la biodiversidad, el despoblamiento de la fauna y flora nativa, que por supuesto no lo pagan las empresas. O sea, andá a pedirle a Pérez Companc que pague el costo de la extinción de las orquídeas nativas. ¡No lo hace él! Lo hacemos nosotros. Lo hace el Estado. ¡Con Parque nacionales, con repoblamiento de zonas protegidas…! Eso lo hace el Estado, no lo hace Pérez Companc. Pérez Companc ¿qué hace? Quemó millones de hectáreas de selva misionera para plantar pino elliotis y vender el papel higiénico barato a todo el mundo… Bueno, no sería tan barato si tuviera que pagar los costos ambientales que produjo esa quema. Ni que hablar de las inundaciones tierra abajo, ni que hablar de la extinción de montones de especies. La lógica de la ganancia hace que la diversidad no importe. ¿Qué importa la biodiversidad? El tema es que la producción de alimentos no está orientada a los humanos. La agroindustria no produce alimentos para comer, produce alimentos para vender. Entonces la lógica es la venta, la lógica es la ganancia. No es de ninguna manera la alimentación saludable o adecuada o ecológicamente sustentable… ¡No! A ellos les importa un rábano. Vos vas a pagar con tu cuerpo, con tu enfermedad esos alimentos producidos con exceso de agrotóxicos… porque ellos lo que hacen es vender, no tienen que cuidarte. Vos sos un consumidor. A lo sumo el que debería cuidarte es el Estado y advertirte “No se coma este brócoli que es una bomba química”. Sí, está bien, coma frutas y verduras, pero frutas y verduras saludables. No frutas y verduras producidas de esta manera siniestra como estamos produciendo. Como es la forma de producción hegemónica, porque existe otra forma de producir. Pero esta es la forma de producción que da enormes ganancias, ni siquiera ganancias, ¡enormes ganancias! Y como en nuestro mundo actual todo pasa por la lógica del mercado, entonces al diablo la salud, al diablo la belleza, al diablo la vida. ¡Todo pasa por la lógica de la ganancia! Todo se compra y todo se vende.