NATURALEZA HUMANA – Patricio Eleisegui


Las armas bélicas y su devenir en agrotóxicos



Patricio Eliesegui es escritor, periodista e investigador. Es autor de Envenenados; Una bomba química nos extermina en silencio; 12 Rounds, cuentos de boxeos; Ninguno es feliz y Agrotóxicos. – www.el-galo.blogspot.com


El origen de los pesticidas que nosotros tenemos hoy principalmente en el campo de la Argentina, tienen justamente un ADN bélico, en tanto que fueron desarrollos y pensados por compañías que tuvieron, en principio, una actuación importante en alguna de las Guerras Mundiales. Tal es el caso de Bayer, de Down por ejemplo, o de Basf . Y en muchos de los casos, el desarrollo pasó por crear pesticidas que lo que hacían era atacar las formas de alimentación del enemigo. En el caso del 2 4 D específicamente, parte de un desarrollo de una molécula que se sintetiza para terminar con los cultivos de papas y de remolachas de la Alemania nazi. Lo que se hacía con eso no era sólo combatir la cuestión de la alimentación, sino que también el objetivo era erradicar la utilización que se estaba haciendo de la remolacha como combustible para las bombas volantes, que después Hitler hizo caer sobre Inglaterra. Entonces los británicos inauguran esta investigación justamente con esta molécula que lo que hace es erradicar los cultivos. En este caso específico eran de papas y remolacha, a partir de ahí es que se genera el 2 4 D, la molécula como una verdadera arma química. Después de eso, la segunda aparición que hace esta molécula es justamente en la Guerra de Vietnam, en donde Estados Unidos incentiva un programa de armas químicas para aplicar sobre la selva, en donde desarrolla distintas variedades de herbicidas. En este programa también se integran estas compañías, en este caso Monsanto por ejemplo, que también tenía desarrollado 2 4 D, en tanto con la victoria de los aliados lo que hace Estados Unidos es quedarse con las patentes de muchos de los inventos de la Alemania nazi, entre ellos el trabajo del 2 4 D que también tenían los británicos. Toda esta investigación queda en manos de los aliados y ellos sintetizan nuevas moléculas que combinan con ese 2 4 D, para desarrollar lo que sería el Agente Naranja. Que eso se utiliza justamente en la Guerra de Vietnam para erradicar tanto zonas selváticas como los cultivos de arroz del Vietcong. Este proceso, en definitiva, queda en la nada misma cuando concluyen todas estas guerras, todos estos enfrentamientos, y estas compañías quedan con un stock que empiezan a pensar qué utilización comercial se puede hacer justamente del 2 4 D. Ahí es donde caen en la idea de que se podían aplicar como plaguicidas, se podían dosificar y a partir de ahí hacer una utilización civil, por así decirlo, de estas sustancias. A mediados ya de los años ´70, muchas de estas compañías entienden que la producción agrícola va a tener una incidencia directa en la alimentación del planeta y que para eso había que desarrollar insumos que podían ser utilizados, y ahí está la reconversión de las armas bélicas en pesticidas, en plaguicidas para el control de plagas en los campos. Estas compañías empiezan a exportar este modelo al resto del mundo y así es como tenemos en la Argentina una utilización más eficaz de este tipo de sustancias que, insisto, son sustancias desarrolladas con fines de exterminios directos de cultivos y de un modo u otro, la misma industria las transformó en usos civiles para generar alimentos.